viernes, 30 de octubre de 2009

TABITO!












Paseo legendario para cerrar un ciclo, cuarto año medio, ultimo año del colegio.
Todo el curso relajado, en unas cabañas en la playa y haciendo diferentes actividades recreativas, linda experiencia, comentarios que no me esperaba y que me sorprendieron.

Algunas fotos de recuerdo!

domingo, 25 de octubre de 2009

Sin sangre - Alessandro Baricco


Un libro rápido de leer pero sin excluir una historia dolorosa, fuerte, triste, desgarradora que nos cuenta como una niña (Nina) sobrevive a la matanza familiar tras una guerra y aprende a vivir con ellos, sin superarlo, vive un infierno, sale adelante de la única manera que cree posible a través de la venganza: "Venganza, no hay que avergonzarse de ello, es la única medicina que existe contra el dolor, lo único que se ha encontrado para no volverse loco, es la droga con la que nos hacen capaces de luchar" .
Pero el drama que nos muestra el libro se ve forzado hacer un giro, donde la venganza no es suficiente, mas bien es necesario acoplarse al problema para sentir la seguridad que durante toda su vida necesito luego de la matanza: "Luego se dio la vuelta, se acercó a Pedro Cantos, e hizo aquello por lo que había vivido. Se acurrucó a sus espaldas: llevó las rodillas hacia el pecho: alineó los pies hasta notar las piernas perfectamente acopladas, los dos muslos suavemente unidos, las rodillas como dos tazas en equilibrio la una sobre la otra, los tobillos separados por un suspiro: se encogió un poco de hombros y deslizó sus manos, unidas, entre las piernas. Se miró. Vio una vieja niña. Sonrió". Logró encontrar esa confianza que había visto en los ojos del hombre que salvo su vida, pero que al mismo tiempo la hizo vivir en el infierno que vivió por todos esos años, sentimientos indudablemente encontrados, y fue cuando pensó que la vida te atrae a tus peores momentos y no te deja seguir adelante para construir un mundo nuevo, sino que te motiva a volver, meter el dedo en la yaga, superarlo!

Bien dice el personaje: “Entonces pensó que, por mucho que la vida sea incomprensible, probablemente la atravesamos con el único deseo de regresar al infierno que nos creó, y de habitar en el mismo junto a quien, en una ocasión, nos salvó de aquel infierno. Intentó preguntarse de dónde procedía esa absurda fidelidad al horror, pero descubrió que no tenía respuestas. Sólo comprendía que nada es más fuerte que ese instinto de volver donde nos desgarraron, y de seguir repitiendo ese instante años y años. Pensando tan sólo que quien nos salvó en una ocasión puede después hacerlo para siempre. En un largo infierno idéntico a aquel del que venimos. Pero de pronto, clemente. Y sin sangre”.






lunes, 12 de octubre de 2009

Says everybody´s changing...This is my beginning!



Era hora de hacer un cambio.. decir adios a la rutina y comenzar en algo diferente..
Mi mundo comienza a girar!

domingo, 11 de octubre de 2009

Infinita soledad

Recuerdo de pequeña escuchar tras la puerta del dormitorio de mis padres como estos discutían, en un principio por pequeños celos de mi padre, ingenuamente llegaba a imaginar que solo eran inconvenientes de él, pero con el tiempo estos fueron creciendo y se transformaron en celos enfermizos que terminaron con mi madre en la clínica y mi padre tras las rejas. No fue fácil salir adelante, yo era solo una niña indefensa y bastante ingenua para tener ocho años, pero mi madre solo quería que mi inocencia desapareciera, para luego transformarme en una mujer independiente que pudiera cuidar de mi misma, dejó atrás todas esos pequeños detalles que le daban sentido a mi infancia, como eran esas hermosas tardes en el parque sentadas en una banca charlando y disfrutando de un apetitoso helado de frutilla, perseguir esas hermosas mariposas de múltiples colores o tan solo recostarnos sobre una loma mirando el cielo e imaginar animalitos en las nubes.

Se hacia llamar mi “madre” en público, pero en casa toda esa magia se rompía y una sensación de angustia y abandono se apoderaba de mí y me invadía una enorme tristeza al darme cuenta que, Colomba, mi madre, estaba en su habitación jugueteando con un joven, unos quince años menor que ella. Decía que le daba jovialidad y la sensación de ser una traviesa adolescente otra vez. Muchas veces recuerdo haberle pedido un poco de atención y me decía que no la jodiera que me fuera al colegio y que ojalá no volviera temprano porque ella estaría ocupada con un amigo que conoció en la clase de yoga, en el negocio de la esquina, en el gimnasio o en cualquiera de sus tantas actividades diarias, obvio yo no existía para ella, y prefería caminar por la ciudad antes de encontrarme con ella y una orquesta de sonidos extraños en mi propia habitación. Caminaba por el parque hasta que se hacia de noche, de vez en cuando conversaba con alguno de los chicos que andaban por ahí.

Así fue durante algunos años hasta que cumplí los quince, mi madre ni siquiera lo recordó, era una mujer tan distinta que ya casi no la reconocía, decidí marcharme de casa y emprender un viaje, estaba segura de que mamá no lo notaría, y así fue. Estudiaba y trabajaba para llevar más o menos la vida que tenía antes de partir, en el trabajo no solían contratar a jóvenes tan menores pero se compadecieron de mí. Comencé a experimentar una vida a la cual no estaba acostumbrada siempre rodeada de personas mayores que mostraban interés en mí, algo que hace mucho tiempo mamá había dejado de hacer, me sentí acogida por mis compañeros, un cariño que indudablemente estaba pidiendo a gritos hace mucho tiempo, pero no me dí cuenta cuando ya estaba involucrada amorosamente con muchos de ellos, en un principio no me preocupó en lo absoluto, de hecho me agradaba bastante la idea, tenía comida, afecto y donde dormir cada noche, así fuera con alguien distinto cada vez. Al llevar una vida tan agitada siempre dejé claro que era sólo por entretención y que no pretendía llevar a cabo una relación con ninguno de ellos, siendo hombres lo entendieron muy bien.

Así me mantuve durante tres años y una vez cumplidos mis dieciocho tenia suficiente dinero ahorrado, vivía medianamente feliz, pero, sin embargo, me sentía algo sola, y decidí nuevamente partir, ahora camino a una gran ciudad, una vez instalada decidí salir a conocer el lugar, entre en un Pub y me tome una cerveza unos minutos después recibí un trago de cortesía que lo enviaba un joven muy apuesto que estaba sentado tras de mí, lo cogí y decidí ir hacerle compañía, le conté que era nueva en la ciudad y me invitó a un lugar, asegurando que después de eso, querría estar sólo ahí, y así fue no me arrepiento, lo pase increíble, era una discoteca maravillosa, mucha gente, sonrisas, miradas, alegría, VIDA!. Todo en ella, me provocó unas ganas insaciables de bailar toda la noche.

Definitivamente éste si fue el comienzo de una historia detestable, donde me sumergí en el mundo de las drogas, el sexo y el alcohol… Viví cada noche como si fuera el último día de mi vida. En un principio estaba un poco cohibida y sentía envida por no estar en el estado en que se encontraban todos, eufóricos de alegría, libres, desconectados del exterior, y para ponerme a tono decidí consumir unas cuantas pastillas de éxtasis y en ese estado solía entrar en la pista de baile, no paraba hasta saturarme, luego de haber bailado con muchos hombres solía irme con alguno de ellos, donde pudiéramos experimentar cosas nuevas desde una conversación tranquila, exótica y romántica a una tan solo de pasión y erotismo. Muchas veces me dije que no debía dejarme seducir, pero fue la primera regla que no respeté.

Una noches decidí acercarme al hombre mas retraído del lugar, quería ayudarlo para que se sintiera parte de todo esto, pero me dijo que no era uno de sus lugares predilectos y que solo viene junto a un amigo que ama el lugar, lo invité a salir de la disco para que pudiéramos conversar, asintió con una sonrisa un tanto aliviado. Era la primera vez que sentía ganas de hablar de mi vida con alguien, tal vez porque era un desconocido y probablemente no lo volvería a ver, ambos nos desinhibimos bastante, contando nuestras experiencias, traumas familiares, anécdotas de la infancia, amores adolescentes e infinidades de cosas, llego un momento donde ninguno de los dos tubo mas palabras, nos miramos fijamente, con una mano acarició mi mejilla luego la desplazo por mi cuello acercándose lentamente a mi boca, la rozo con sus labio y luego me besó, presionó su cuerpo contra el mío y nos envolvimos en una sensación que nunca antes había sido capaz de sentir a pesar de haberme relacionado con tantos hombres, por fin era capaz de percibir esas maripositas en mi estómago y los constantes escalofríos que producían el contacto de sus manos con mi piel… Fue una noche inolvidable.

Aún lo recuerdo, creo que fue el gran amor de mi vida, después de esa noche no lo volví a ver, pero tengo su recuerdo impreso sobre mi piel, con dolor y tristeza. Estoy poco a poco dejando la vida atrás, y no pudo soportar que tras 10 años de nuestro encuentro, sólo me quede su recuerdo y su estúpida enfermedad…

Con 40 años, me encuentro interna en una clínica diagnosticada en la fase final de una enfermedad donde se considera que el infectado por el VIH tiene SIDA, mi esperanza de vida disminuye en cada segundo que pasa y aún sin querer pensarlo sé que he emprendido un nuevo viaje. El último.